Todos vamos a morir al mismo río.
Al mismo río de aguas estancadas.
Que llegue a buen puerto
o no
es cosa mía
porque sin una promesa
ninguna meta,
ninguna meta se alcanzaría.
Y si las promesas ya no valen nada
que nada valgan,
que me corto las venas
y las empapo de poesía.
Eternamente tuyo, Philosophia.
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