Hemos quedado para salir
aunque ya no tenemos edad
y casi no nos queda dinero
pero siempre nos sobrará el tiempo
y las ganas de perderlo.
A las 11 en el garito de siempre
ni antes
ni después.
Nos miramos como dos extraños
pero al momento nos fundimos en un abrazo
en el que no pasan ni las balas
pero quizás si las bragas
de alguna de las muchachas
que nos miran desde el fondo del bar.
Te he dicho que nos vayamos de allí
porque parecemos extraterrestres
que se han equivocado de galaxia.
Entramos en un bar
que no huele demasiado mal.
Ni demasiado bien.
Para variar...
Y nos apoyamos en la barra
cerveza en mano
y mirada en ninguna parte,
como un buitre
esperando carroña fácil
o como un infeliz en paro
o como yo que sé qué mierda
de animal en peligro de intoxicación.
No hablamos
porque no hace falta.
Asentimos protocorialmente
cuando pasa un buen culo
para ir al baño.
Pero siempre bajamos la cabeza
cuando al volver
se toca la nariz.
Has dado un trago largo
y me has dicho:
-Tío, pirémonos de aquí,
para siempre.
-Deja de decir tonterías,
estás borracho. Te digo yo
como si nada
o como si todo
porque en mi cabeza resuena
"pirémonos, pirémonos..."
Después de cuatro o cinco birras
pasamos por un puesto de comida rápida
y nos pillamos unas hamburguesas
y unas cervezas en lata.
Comemos con el ansia de dos necesitados
con las ganas de dos desganados
sin nada mejor que hacer
que pasarnos el canuto
sin ni siquiera mirarnos.
(Es de admirar la capacidad
con la que podemos pasarnos el porro
y sin saber dónde está
siempre acertar a no quemarnos).
Te he tenido que sujetar la cabeza
porque la hamburguesa se te ha atravesado
(aunque a mi no hace falta que pongas escusas)
y has empezado a potar.
Pasan unas chavalas y se nos quedan mirando
y tú las espantas con "putas"
y palabras por el estilo.
Acabada la noche
nos vamos cada uno con su borrachera.
Tú me preguntas si tengo un pitillo.
Yo palpo todos los bolsillos de mi ropa
como quien se busca el alma
y tiene miedo de encontrarla.
Saco lo que ha sobrado del último canuto
y te digo:
-Pues claro, amigo.
Eternamente tuyo, Philosphia.
cuantas veces cuantas...
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