jueves, 28 de abril de 2011

Contaminación progresiva

Philosophia,
creo que hay algo en las cosas que me atrae hacia ellas, es sencillo, es arte. Es algo que está dentro de cada uno de nosotros aparentemente escondido y realmente subjetivo.
Es cierto que no conocía nada acerca de esta ciencia, y me ha parecido interesante conocer las bases que fundan esta singular visión del mundo.
Algo que creo que está relacionado con el contacto del ser humano con la naturaleza suprema, son los cambios en la sociedad. Ya sabes a lo que me refiero. ¿Cuántas personas quedan hoy apartados de los grandes centros cosmopolitas?, ¿cuántos ermitaños de espíritu quedan en el mundo?, ¿cuántos vagaMundos van en busca de la felicidad en la naturaleza?
Permíteme contarlos con los dedos de las manos.
Soy una urbanita de cuidado, no sabría escapar de la ciudad pese a que no me gustan demasiado los núcleos densos de población, pero en el siglo XXI son necesarios. La ciudad atrapa y te enseña lo necesario que es que exista una cada X km de radio. Sé que Valladolid no es gran cosa artísticamente, pero esconde grandes secreto que algún día te descubriré al igual que hice con la vida de Miguel de Cervantes Saavedra. Háblame de arte y de literatura y yo te entregaré mi alma.  
Pese a ello no sé si te habré comentado alguna vez el amor por la naturaleza que profeso profundamente. Mi sueño es vivir en la cornisa Cantábrica, preferiblemente en Cantabria, porque vayas donde vayas, incluida Santander, se respira aire puro y limpio de impurezas contaminantes.
No solo es la contaminación, sino también la diferencia de carácter. Los castellanos somos sumamente rudos y el clima nos ha hecho a su imagen y semejanza, cambiamos de humos igual que de temperatura. No me gustan los desvaríos, aunque sea una pucelana de pura “cepa”. En cambio la gente que vive cerca del mar Cantábrico es calmada, pausa y ve la vida de otra manera. Amo viajar y caminar y me encantaría recorrer descalza cada recoveco de las playas más mágicas y hermosas del mundo. Siento como el agua, la brisa y la arena crean en mí un estado de clímax absoluto capaz de elevarme hasta lo más puro y limpio del cielo.
Solamente allí puedo sentir ese estado de armonía con todo.
Enamorada de tus palabras, Sapientia

1 comentario:

  1. Queda totalmente claro que la sociedad corrompe a la gente, pero somos un animal social, y como tal necesitamos del contacto con los demás.
    Sin embargo, hay algo en la naturaleza que nos atrae desde niños, ese algo que nos llama son nuestras raíces. Todos venimos de un mismo sitio, y al él deseamos volver desesperadamente. Déjame decirte que me encantaría poder descubrir junto a tí parajes parajes perdidos, pero para ello no es necesario moverse mucho. Quiero que sepas que en cada rincón del mundo hay seres que viven apartados de la sociedad y aún así siguen habitando grandes urbes. Si tienes la posibilidad de conocer a uno aprende de él, le reconocerás porque todos los seres maravillosos sonríen de la misma forma :)

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