Son malos tiempos para la pobreza. Lo sabemos, lo son. Manipulados e hipotecados hasta la médula apenas podemos tener sueños porque cada dos o tres sale un anuncio de un BMW que te cagas, un perfume caro de la ostia, o no sé cuánta mierda más que nos entra por los ojos disfrazada de felicidad. No lo es.
Nos cabreamos y lo saben. Llegará el día que tomemos a la extrema pobreza por bandera y salgamos a la calle con tanta fuerza que ningún dictador vestido de democracia pueda detenernos. Aún así seguimos tragando como bobos las miguitas de pan que nos dejan por el camino. Hacia el matadero. Y como a todo cerco le llega su San Martín os animo a dejar de perseguir las migas y asaltar la panadería.
Matrículas desorbitadas que propagan una enfermedad llamada analfabetismo, becas inalcanzables que apenas permiten soñar, promesas que esconden fanatismo, recortes que acongojan el alma... Muchas gracias señores gobernantes, estamos muy contentos.
Eternamente tuyo, Philosophia.
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