Se que algún día mis dedos dejarán de tejer rimas, que en algún lugar del extrarradio acabará mi arriesgada travesía...
Llagará el momento en el que me toque colgar boli y papel, el momento en el que el cuaderno deje de acompañarme a la hora de parir relatos desgarradores exhalados en un estado de inconsciencia inducida por artes oscuras. Nada es eterno, tan siquiera mi lista de palabras que hablan de hablar mientras yo padezco tirado en el suelo, como un yonki después de su cita diaria con la aguja...
A muy pesar mío mis palabras se apagarán en el hielo de la hipocresía, como las de tantos otros sucumbieron... esas palabras incapaces de compararse a su caminar, pero que a tantos dioses eclipsaron... esas palabras que hablaban de amor, de locuras y demás estados de maquiavelismo humano.
Antes de que todo esto ocurra seguiré escupiendo mas de esos versos que perecen en un descalabrado intento de llamarse poesía, seguiré llorando palabras que bailen al son del vals del diablo, seguiré soltando mi alma y volviéndola a atraer con cada bocanada de humo.
Porque puede que llegue el día en el que se acaben las esperanzas de inmortalidad con las que tanto sueña este practicante del cristianismo que jura en hebreo, pero hoy, hoy no será ese día...porque en este mundo o en otro seguiré haciendo lo que mejor se hacer...
Eternamente tuyo, Philosophia.
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