martes, 5 de julio de 2011

Hoy vuelvo al hardcore del que vine .

Versos concebidos por una cantidad semi letal de alcohol, marihuana u otro tipo de sustancias que vuelven locos a los hombres y les hacen hablar de Dios. Versos estilizados bajo un estado de inconsciencia voluntaria inducida por hipnosis y otros métodos de control mental. Versos melancólicos que no saben mas que evocar tiempos pasados en los que los poetas urbanos se ganaban la vida practicando su menester preferido. Versos movidos por musas capaces de hacer explotar mil nebulosas de plata y volverlas a crear con un simple amago de sonrisa motivado por el buen hacer de estos dedos; dedos que rasgan el cielo con cada frase lanzada al folio, dedos que hacen el amor con el boli...no llamen mientras esto ocurre, nadie les saldrá a recibir. Versos engendrados por este bicho, por este enfatizador de angustias que escribe con el bolígrafo en una mano y en la otra el corazón.
Que si, que conozco historias de versos que no necesitan ser recitados para tocar el alma, que incluso en alguna ocasión uno de esos versos ha cruzado fugaz algún recoveco de mi cerebro...Que también conozco historias de poetas de contenedor que imitaban con triste resultado a los pioneros de este arte, y poetas que pierden el culo por su musa, y poetas de los que fuman por eso de la filosofía, y poetas, y poetas, y poetas...Pero es que no necesito versos de esos para hablar de ella, que su mirada ilumina salas oscuras y el mundo calla y tiembla...que me sobran motivos para quererla y me faltan calificativos para alabarla, pero nunca me gustó eso de incluirme dentro de un grupo determinado de personas, aunque sea de poetas, de esos llamados eruditos, mi grupo es el de los amantes del boli y papel, mi función es llegar al infinito.
Eternamente tuyo, Philosophia.

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