jueves, 30 de junio de 2011

Es la hora de los ruegos y preguntas

¿Qué es eso a lo que llaman muerte?
¿No será mas que un alto en el camino?
¿No es la vida acaso eterna?
¿No somos eternos?
Seguro, segurísimo, que en algún momento de vuestra vida os habéis hecho alguna de estas preguntas, sino han sido todas.
No tengáis miedo a admitirlo, está en la infinita (si, he dicho bien, infinita) mentalidad humana el plantearse todo este tipo de cuestiones. Ya sabéis, el típico: "¿Quienes somos?, ¿Porqué morimos?, ¿Hacia dónde vamos?."
Desde que el ser humano es consciente de su existencia (pese a que parece que no han pasado muchos años...quien tenga oídos que oiga) se ha planteado esas preguntas, es inevitable y necesario; inevitable porque el ser humano es curioso por naturaleza, tiene la obligación de saber para poder existir y coexistir con el resto, inevitable también porque el ser humano siente miedo, miedo a lo que no puede controlar, por eso necesita respuestas...y necesario para poder seguir creciendo, necesitamos saber cual es nuestra misión en el mundo para poder seguir adelante, y para saber cuál es nuestro sino debemos saber para qué venimos y a dónde vamos.
Debemos tener claras estas preguntas a lo largo de nuestras vidas, pero no a un nivel tan cósmico o sobrenatural como puede ser el preguntarse: "¿Porqué morimos?, ¿Que hay después de la muerte?." Vale, es necesario plantearse alguna vez estas preguntas, como antes he argumentado, por eso de la inmortalidad del alma y demás cuentos de cuna. Pero no hablo de ese tipo de preguntas, hablo de recordarnos día a día, paso a paso, de dónde venimos, recordar nuestras raíces, lo que nos enseñaron de niños..recordar también hacia dónde vamos, mejor dicho, hacia dónde queremos dirigir nuestros pasos en la vida, hacia dónde queremos llevar nuestro timón..eso es lo mas importante.
Pido disculpas si os obligo a actuar de alguna forma con toda esta parrafada, yo solo os expongo cual es mi mejor forma de vivir la vida...para nada vengo a daros un discurso filosófico, me gusta llamarlo charla entre colegas. ;)
Eternamente tuyo, Philosophia.

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