Hoy, justamente hoy que va a estallar una guerra...hoy me haces falta. Y me fumo diez mil cigarrillos aunque se que mi voz se quebrará, y me bebo otra copa de vino, sabiendo que eso me va a matar. Pero es que hoy me haces falta, y el resto me la empieza a sudar.
Hoy, hoy que no hay ningún mesias que nos venga a decir que hay una salvación, hoy me haces falta...
He abandonado el cristianismo, porque ya me cansé de dioses que me miren con benevolencia desde sus oscuros tronos de cristal. Me abracé al ateísmo para descubrir junto a él lo que esconden tus ojos, para hallar el enigma que se guarda entre tu pelo...y es que hoy me haces falta, justamente hoy.
Me encontré entre los escombros de una habitación mas pronto de lo que pensaba, quería ver lo que había detrás de la cordura y acabé loco de atar, silbando canciones que hace tiempo olvidé, inventando historias que nunca mas recordaré. Se que prometí no caer en ese mundo de lo podrido, pero es que nunca te puedes fiar de un animal herido. Todo lo que nace lo hace como por error, todo lo que se corrompe lo hace de un modo devastador.
No...Hoy no.
Que todos mis poemas se los coman los marranos, dejaré de llorar palabras y dejaré de antojarme mortal. Alumbraré con mi luz el camino y que nada me haga sombra. Porque hoy, justamente hoy me haces falta, pero mi debilidad se ha hecho fuerte en la prisión en que fue condenada y ahora ya no hay quien me pueda detener. Que me parta un rayo si es necesario, que pecaré y pecaré hasta demostraros lo contrario.
Eternamente tuyo, Philosophia.
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