domingo, 29 de julio de 2012

Eclipse de humo.

El morir poco a poco
mientras este eclipse de humo 
nunca acaba
es poesía...
Amanecer amanecido
y sin tabaco
y sin esta puta musa
empeñada en jugar al escondite inglés
con mi sexo
como sólo ella sabe.
Sin reglas
pero sin trampas.


Es/eres poesía.


Ese mago que nunca se aprenderá su truco
borracho de tristeza de soledad
de amparo de melancolía
de vida, al fin y al cabo
no sabe qué parte del contrato
no leyó correctamente
y ahora llora. Humo.
Voy a buscar la carta más alta
de esta baraja que tú
y sólo tú
has barajado.
Salga la carta que me salga,
te voy a comer, cariño.


El corazón ya sólo me duele cuando late
al ritmo del metrónomo que me descuenta horas.
Voy a engañar al tiempo
y me voy a alimentar con la arena 
de este reloj maldito
que me aleja de ti y de tus piernas
con latas de cerveza
-y su irremediable destino de cenicero
hachís y un poco de poesía.


Y dejo de escribir
no por gusto sino por necesidad
porque esta puta nube que me persigue
no deja de lanzarme bocanadas de humo.
No sé hacer "os" con los canutos
pero los sueños vuelan mucho más cerca.

Si el humo y su eclipse de egos impolutos
siguen dándome en coñazo
diles, por favor,
que yo no gravito alrededor de nada
de nada que no seas tú.
Y que te quiero, joder, te quiero.
Eternamente tuyo, Philosophia.









No hay comentarios:

Publicar un comentario