"Vomito versos que hablan en mil lenguas extrañas de lugares mágicos, de mundos lejanos en los que la poesía servía de desahogo emocional.
Allí no se puede hablar de amores imposibles, aunque no hay mas poetas que tabernas....Los dioses bajaban borrachos de soledad y sedientos de amor.
La gente no puede hablarse, pero los que se aman con la mirada se entienden. No hay mas mendigo que el destino, que entra a cada bar pidiendo un trocito de pan y una amiga a la que llorar.
Los pocos francopoetas que quedan tienen dedos de cristal, pero le escriben veros de mil amores a la Luna en cada madrugá. No se dedican tanto a la prosa como al verso, no saben tanto de valentía como de la vida, aunque guardan como carceleros las llaves de tus deseos...
Las mejores frases nunca se escribían, pero siempre tocaban el corazón."
En su habitación no se oía mas que los folios al rasgar....
-No estará inspirado-, decía la mamá.
Y es qe la Luna no le hacía dormir, mientras sus dedos no se atrevían a escribir.
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