y por suerte desperté de tanta sinrazón:
Nací bajo la cultura occidental,
que te obliga a rendir culto al redentor.
Decidí desviarme del catolicismo
cuando abracé el budismo por compasión.
El maldito gordo no satisfacía mis necesidades
y pensé que convertirme al judaísmo era lo mejor.
Me imaginé como director de cine,
poeta, banquero o curandero.
Pero fallé en mi coronación judía
y escapé como pude de tanta enajenación.
Me acerqué al islamismo,
pero el suicidio aún no se presentó a mi casa,
así que lo rechacé por el momento.
Hablaronme del hinduismo como buena salida
pero tanta reencarnación me acabaría cansando.
Agoté todas las religiones posibles,
enfadé a tantos dioses como mujeres,
desprestigié sacerdotes
y escupí en sus vestiduras...
Y es que no,
no quiero mayor fe que la razón
ni mayor Dios que mi mismo.
Que si, mi señor,
que ya se de tu bondad
pero he visto lo que haces en cada esquina
y no eres más que un puto enfermo.
Eternamente tuyo, Philosophia.