martes, 8 de noviembre de 2011

Querido diablo mundo.

Se que nada de esto es culpa tuya y que te han extorsionado hasta perder la noción del tiempo y acabar con la poca humanidad que albergabas. Todavía no es abril y no deja de llover en mi casa... créeme que esto me duele mas a mi que a ti, pero dimito como ser humano. Un mal incurable acecha mi espíritu libertino y se que tú eres el culpable, aún sin de ello darte cuenta. La mediocridad nunca ha sido conmigo, pero es el plato que sacia a los seguidores de tan burda religión, tu religión.
Se que nunca he llevado una buena vida, pero es que la vida conmigo no ha sido buena. Me he cansado de ver como progresas hacia el pasado acompañado de una saga de malhechores y rufianes que te venden con falso politiqueo y revistas de actualidad. El don o la manía de la que fui dotado es lo único que consigue sacarme adelante mientras la sociedad se ahoga en su propia ignorancia, arropada con televisión basura y cuentos de fama y dinero... Despotrican mierda en cada esquina y en cada plaza algún "elegido" me habla de tu fin, pero yo no me lo creo.
Ignoro qué mal he podido causar yo con mi caminar de pies de paloma por tu cuerpo de agua y arena, pero me prometiste un montón de cosas buenas y sencillas y a la par me aportarse una extraña facultad para no poder apreciarlas, una banal capacidad para no saber disfrutarlas.
Querido diablo mundo, yo no he podido cambiarte, pero tú a mi tampoco. Vale que cada vez me gusta menos la imagen que veo en el espejo, y que mi rostro empieza ya a ser poblado por arrugas indómitas que reflejan los surcos de mi intelecto, pero todavía te hace falta mucho mas para doblegar mis espaldas coralinas...
Recuerdo que antes lo pasábamos muy bien juntos, incluso llegué a querer ser inmortal, ya ves.. demasiados hombres pensando maldad han acabado con mi afán de casarme contigo. Al fin y al cabo esa idea no sería muy buena, tendría a la hipocresía de madrina mientras el que nos llevase las arras sería un niño condenado a la crueldad...
Querido enemigo, déjame en paz.
Eternamente tuyo, Philosophia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario