domingo, 11 de septiembre de 2011

En la mente de un descalabrado arquitecto de palabras.

En la mente de un descalabrado arquitecto de palabras no queda mucho rato para la diversión, y no por la dimensión de sus quehaceres, sino porque ese mundo hace tiempo abandonó.
Escribe con sangre tratando de engañar al tiempo, escribe cargado de odio cuando es justa la ocasión. Cada noche se camufla en la soledad de la noche, como únicos invitados; boli, papel y algo de derroche.
Un pedazo de algo ilegal es capaz de convertirlo en un gran poeta, aunque de cobarde y temeroso fue acusado en uno o dos planetas...él bien sabe que todo eso va detrás.
En la mente de un descalabrado arquitecto de palabras la desilusión inspira a la meditación, el amor invita a soñar y la muerte solo son ganas de volar. No sabe tanto de tabernas como de corazones, pero siempre destacó por ser caballero experimental.
Cada dos o tres días sucumbe en la oscuridad de su bolígrafo, y es gracias a eso por lo que disfrutamos de todos sus desvaríos,  de todas sus subidas y bajadas de tensión...
Suenan notas de un piano que nunca se materializa, suenan acordes de algo que siempre en MI desafina... No destacó por ser músico, pero en las notas encuentra la paz que siempre persiguió.
En la mente de un descalabrado arquitecto de palabras hay cientos de libros de caballerías, y es que no es necesario ser hidalgo para a la muerte cara plantar. No tiene un gordo acompañante que reciba por él los golpes, pero se llevó tantos que ya eso le da igual.
Gotze no tiene tanto sitio como Mozart, pero todos se pelean por estar en ese lugar, no se que tendrá la cabeza de este chico...parece que es un artista sin igual.
En la mente de un descalabrado arquitecto de palabras todos los elefantes tienen patas gigantes, todos los peces escupen mamíferos y el tiempo también evoca a la disfunción eréctil. Los caballos son pisoteados por la caballería armada, y batallas civiles son el tema principal de sus pasajes. Él también se imaginó junto con la realeza, no sabía pintar pero tenía algo en su escribir que lo hacía especial.
Y es que un genio se forma con pedacitos de otros genios, porque algo colosal se debe inspirar de algo aún mas colosal.
En la mente de un descalabrado arquitecto de palabras...en la mente de un descalabrado arquitecto de palabras... ¡Vaya! Parece que se va notando ya la edad...
Eternamente tuyo, Philosophia.

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