miércoles, 18 de abril de 2012

La teoría de la falsa fundamentación.

La metafísica y la religión se erigen sobre unas estructuras que carecen del fundamento absoluto de la realidad y del ser, por lo que no son más que ciencias argumentadas con mentiras que encubren intereses ocultos.
Desde que la religión, sobretodo la judía y la cristiana, adoptó la concepción platónica de la existencia un ser absoluto y perfecto que participa en este mundo (dependiente a su vez de este ser) fuera de este mundo "de las apariencias" ha alejado al hombre del mundo verdadero que es este y lo ha acercado a un mundo en el que se garantiza la inmortalidad del alma o la contemplación de las ideas, como quieran llamarlo. Colocando este ser perfecto fuera del mundo se aleja al propio hombre del mundo sometiéndolo a estructuras divinas que pueden ser interpretadas de un modo peligroso, más allá del bien y del mal.
En el caso de la metafísica ha sido tomado por verdadero o falso aquellos conceptos que responden a las necesidades e intereses de sus artífices de modo que sus estructuras son tan endebles como lo puede ser la voluntad de los hombres sometidos a unas superestructuras de poder que llevan implícitas la misma falsa fundamentación en conceptos erróneos.
La idea de Dios ha quedado anticuada en los últimos años, además responde a diferentes acepciones considerando una y otra religión, por lo que no es raro pensar que este concepto también sirve a los intereses de sus artífices (podemos considerar al término Dios como la superestructura de poder que da lugar a la religión). Por lo tanto no nos sería posible asegurar su verdadera existencia como tampoco nos es posible asegurar la existencia de un fundamento del ser y de la realidad. Si Dios no existe (y todo parece señalar que así es) sería contradictorio pensar que si existe un fundamento absoluto de ser o de la realidad, puesto que en la mayor parte de las religiones estos tres conceptos van asociados a uno solo.
Esta estructura endeble ha sido heredada por la política, que también ha tomado la inversión de valores socrática (bueno-malo) para igualar a la humanidad en una mediocridad que la hace sentirse culpable de la falta de justicia y con esto, sumisa.
A partir de la metafísica y la religión han surgido todas estas superestrucutras de poder que mantienen al hombre alineado en un estado capitalista que deforma los ideales y conceptos a su antojo, siendo el verdadero germen del problema mundial.
De este modo, son la religión y la metafísica las culpables de la decadencia a la que ha llegado la moral humana sirviéndose de falsas formulaciones para regir su vida y explicar su existencia. Debemos establecer nuevos valores sobre los que asentar las estructuras que erigirán la nueva forma de pensar de la humanidad, como por ejemplo el amor a la vida. Este amor a la vida podría explicar perfectamente la existencia del ser en el mundo y que todo lo que lo rodea corresponde a su realidad externa, de la que participa y se alimenta para poder crecer día a día y seguir evolucionando.
Eternamente tuyo, Philosophia.

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