nos resbalemos en el precipicio
de sinsabores e insatisfacciones
en el que tantas veces bailamos,
y caigamos en esa nada
que nos salpica cada domingo
a las siete de la tarde
por jugar a ser dioses y descansar
imaginando un lunes para la disculpa,
llore por ti.
O por mi.
Eternamente tuyo, Philosophia.
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