viernes, 6 de mayo de 2011

Loba europea

Philosophia,
Siento la tardanza, pero ya sabes, está antes la obligación que la devoción.
Ya sabes lo que pienso acerca del tema político. No creo en el bipartidismo imperfecto que sostenemos en España desde hace décadas, pero es una realidad. Nosotros, los jóvenes, tenemos ansias de cambiar lo insostenible de esta situación pero “los mayores” no pueden entenderlo. A los políticos lo mismo les da quien vaya a las urnas y quién no. Lo importante es que la gente vote, para seguir tragando. Y así seguimos ¡señores!, ¿ahora entiendes lo que envidio los sistemas políticos de otras naciones europeas? Nada es perfecto, y mucho menos nadie.
La unión y cohesión entre pueblos es una utopía, hemos forjado una sociedad demasiado egoísta, y lo peor, demasiado egocéntrica, en la cual la única función del individuo es mirarse el ombligo y si es caso, colaborar simplemente por interés.
Menos mal que todavía queda una tribu aislada de gente honrada.
CARPE DIEM ¿no?
Somos capaces de vivir alentados por una ilusión meses e incluso años, y cuando creemos haberla superado... cuatro palabras o una simple conversación son suficientes para hacernos recobrarla... Pese a lo tontos e idiotas que podemos llegar a ser, nadie puede negar que es tremendamente bonito vivir de ilusiones, y cuando esas ilusiones traspasan sueños, hasta hacerse realidad... ¡no hay explicación posible para semejante acontecimiento!
No soy la más indicada para dirigirme al resto de personas de este mundo, pero...
Hay trenes que solo pasan una vez en la vida; si pasan otra vez es porque realmente mereces la pena; si pasan repetidas veces, no lo pienses: ACTÚA... es imprescindible ser feliz, y quizá un pellizco de ilusión sea suficiente para no lamentarte el resto de tu vida pensando qué hubiese pasado
El verdadero placer de la vida está en esas pequeñas cosas…
¿Sabes? Vivimos rodeados de ruido, todo a nuestro alrededor es ruido, y el verdadero silencio está en nosotros, y no siempre. El ruido se manifiesta desde un grupo de gente gritando hasta en un tachón sobre una palabra no deseada.
Creo que el silencio es algo que todavía no he alcanzado. De noche, cuando “supuestamente” todo está más tranquilo, cuando supuestamente no hay nada que quebrante la tranquilidad, mi mente no deja de maquinar pensamientos, sueños, deseos, ansias o esperanzas. No deja de funcionar, no lo hará hasta el día en que ya no esté aquí.
Conoces también lo que pienso de los sueños. Soy demasiado racional como para despegar los pies del suelo. No voy a engañarte, puedo hacerlo durante segundos, pero mi conciencia me dicta que no debo hacerlo, que no es ético ni real…
No sé si te habrás fijado, pero mucha gente dice que no dejo de sonreír, que hasta en los momentos más pacíficos he esbozado una sonrisa, que aparentemente sonrío a la vida. Aunque tú conozcas más mi lado negativo (en estos momentos es lo que toca), debo decirte que la gente tiene razón. Quien me conoce desde pequeña, sabe que no dejo de reír, que me encanta llorar de felicidad, que soy fuerte, a veces tanto que mi alma parece impenetrable, y mis secretos inconfesables. Solo quienes saben llegar a lo más profundo de mi personalidad me conoce.
¿Intuiciones e impulsos? Ojalá pudiese guiarme más a menudo por ellos… demasiado racional querido. Demasiado fría y demasiado calculadora. Tengo hasta el más absurdo punto de mi vida controlado. Bueno no… el amor no puedo controlarlo.
Aparentemente normal, interiormente misteriosa. Créeme. Queda mucho por conocer, como queda mucho mundo por recorrer.
Infinitamente tuya, Sapientia

No hay comentarios:

Publicar un comentario