¿Te acuerdas cuando decían
que entre nosotros no cabía
ni una hoja de papel?
Ahora hay un abismo de palabras
que aprendí de memoria una vez
y en la barra de un bar olvidé.
¿Y cuando pensaban que
eso que teníamos
sería para siempre?
Pues me cago en esta puta eternidad
en la que estoy harto
de saberte mía y aún así
desear que lo seas de todos.
¿Y cuando nos veíamos
y no dejábamos de mirar
hacia un futuro juntos?
Todavía aparento seguir
mirando hacia adelante.
Pero no es verdad.
¿Y te acuerdas cuando conjugábamos
el verbo amar en mil tiempos
y posturas distintas?
Ahora por fin comprendo
que ninguno de los tiempos
del verbo amar
son conjugables a tu coño.
¿Te acuerdas cuando desafiamos
al gélido frío de un invierno
que se antojó eterno?
Me hago el chulo diciendo
que apenas tengo frío
pero mis lágrimas están heladas
y tú no me devolviste mi chaqueta.
Ni reparaste jamás las goteras...
Eternamente tuyo, Philosophia.
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