martes, 15 de mayo de 2012

Los días raros.

Todos o casi todos los días,
esos días,
tienen una inercia gris
que te arrastra a un pozo
de tormentas de arena y tiempo
que explotan sobre el suelo.
Tú ya sabes de sobra de esos días
en los que te sientes tocada
pero no hundida,
y pese a todos esos relojes
que te atrapan en un pasado aborrecible
esperas un final feliz.


Sueñas con derretir esos relojes,
pero ya sabes que eres una fiera
insaciable e intratable,
que no da por perdida una erección.


Esos días raros sin tus pelos
y tus manías y ganas,
y tus idas, y tus venidas,
en los que casi no te oigo hablar,
pero sé lo que me dirás...
"ya no puedo más"
y sé de sobra que este animal
en el que me he convertido
no es nada fácil de llevar, 
pero yo si que no puedo más,
sintigo.


Y si tú quieres,
me comeré todos los treces de tus martes
y me partiré la cara con todas tus dudas
para que esos días ausentes de calor
se vayan a paseo, a ese lugar que habito.
Eternamente tuyo, Philosophia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario