lunes, 19 de diciembre de 2011

Añoranza, soledad y más mierda actual.

Y qué mierda me importa
que ahí fuera esté lloviendo,
si en lo más oculto de mi ser
mi pequeño niño está muriendo.
Hace tiempo que en mi cama
ya no se oyen cantos ni lamentos
porque este poeta de manos manchadas
se cansó de llorar y buscó felicidad.
Que si hoy vuelve a dolerme tu puta ausencia
me emborracharé como nunca
y cantaré como siempre;
faltando a algún Dios de mirada perdida
y añorando todo lo que fuí.
Tu coño y tus piernas
ahora se me hacen extraños
y casi puedo acariciarlos
si cierro con fuerza los ojos
y esnifo otro poco más de esa mierda.
Pero como soy un don nadie
que escribe porque no ladra
y llora porque no chilla
seguiré añorando tus besos
mientras me consumo en un mar de asfalto
y Cronos me va poco a poco borrando...
Eternamente tuyo, Philosophia.

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