Hoy iba hacia casa
por eso de que
hay que cenar en familia,
para unir lazos
o yo qué se que mierda,
cuando por la calle
me he encontrado
un sobre de almax reventado.
Se me ha antojado
una metáfora de mi alma,
destrozada,
ahora que la falta tu X
o tus dos rombos,
como en las películas porno
de antes,
esas con mucho pelo
y nada reseñable.
Pensaba,
mientras me miraba las zapatillas
(meadas,
porque me pasé con la cerveza)
que quizás sea ahora,
en unas fechas tan entrañables,
cuando tú decidas volver
al cielo de mi boca,
por eso de que
me echas de menos
o que necesitas estar conmigo
o que me quieres demasiado
o que pensabas por casualidad
en mi persona.
Pero la quinta copa de champán
me devuelve de una ostia
a la cruda realidad,
esa puta realidad
en la que se han convertido mis días
sin ti,
días de vomito y cartones
días de llanto y marihuana
días de soledad.
Y eso que hoy es nochebuena
y eso que hoy
decidí no acordarme de ti.
Que te vaya bonito,
allá donde quiera que estés.
Eternamente tuyo, Philosophia.
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