Una vez
alguien me dijo
que la vida
es eso que pasa
mientras la esperas.
Me entristece
tener que ser yo
el que desmienta esto.
La vida es eso que pasa
mientras esperas a tu musa,
esa que pasa el rato
entre pintores y poetas
y de vez en cuando
se deja caer
entre la porquería
de mi conciencia.
La vida es eso que pasa
mientras te lias un canuto
pensando qué coño haces
y olvidándolo al prenderlo.
La vida es eso que pasa
mientras esperas a tu príncipe
empeñada en buscar entre las rocas
sin saber que siempre estuvo
a tu lado,
a tu vera,
rogando por tu cuerpo.
La vida es eso que pasa
mientras maldices tu maldita suerte
y tu mala puntería
en el amor
(dichoso invento).
La vida es eso que pasa
mientras se consume el fuego,
pero también después,
cuando todo el mundo
olvida que quedan cenizas.
La vida es eso que pasa
mientras nos ciega lo dorado,
atados a trabajos insípidos
que nos permiten formar parte
de un estatus social
que carece de sentido.
La vida es eso que pasa.
La vida es lo que nunca esperas.
La vida es maravillosa,
¿por qué coño no la cuidas?
Eternamente tuyo, Philosophia.
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