jueves, 27 de diciembre de 2012

La mentira.

Hay todo un monumento a la mentira ahí afuera, míralo: las plazas están atestadas de gentes que no se miran porque tienen miedo de reconocerse en ojos ajenos y por las calles las mujeres amontonan  mierda en la alfombrilla de bienvenida de sus vecinas. Podemos salir a destrozarlo todo. Claro que podemos. Pero también podemos quedarnos a limpiar la vajilla de cristal que papá y mamá nos regalaron con las lágrimas que escupen todas esas mentiras. De las heridas ya mejor ni hablamos. En los parques los niños bailan a coro y entonan una canción que nos devora por dentro, porque habla de nosotros aunque no tengamos ni puta idea. El día que todo esto explote buscaremos una explicación en los charcos de sangre y lo único que veremos serán nuestros rostros de años atrás, riéndose de nosotros por la cara de estúpidos que se nos ha quedado con el paso de los días. Podemos seguir jugando con la mentira entre nuestras manos, claro que sí, podemos seguir alimentándola con el alpiste dogmático que hemos heredado, claro que si, podemos seguir mirando hacia otro lado y poner cara de asco cuando el olor y el dolor vienen de nuestro interior, claro que si, pero no podemos olvidar tampoco que llegará un día en el que mentira sea tan grande que ya no nos abarque entre los brazos, ni podamos esconderla debajo de la cama cuando vengan las visitas. Y después del amor, vienen los poemas.
Eternamente tuyo, Philosophia.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Hay poetas.

Hay poetas
que se destrozan 
por los bares
buscando historias
para sus poemas.

No es difícil reconocerlos:
la mirada enloquecida
el pelo enmarañado
la ropa rasgada
la mente distraída
cerveza en mano
un lapicero cerca.

Hay poetas 
que se destrozan
por los bares
buscando mujeres
que sepan volar.

Y si alguna vez
te topas con uno de estos
al final de la barra
de cualquier bar
no temas de ellos
pues no están 
en este mundo
ni tampoco temas
de la mujer que siempre
los acompaña
pues es la muerte.
Eternamente tuyo, Philosophia.


sábado, 15 de diciembre de 2012

Ojala llegue el día.

A ver si llega de una puta vez el día
en que todo se vaya a la mierda
y se extinga la llama
del mechero que juntos prendimos
y se agote el tiempo entre quejidos
y las mamadas ya no se disfruten
y no queden cigarrillos en el cenicero
combustionando vidas que dejé por el camino
y el amor se pire de casa de tus padres
mucho antes que tú, no me cabe duda
y el corazón ya no sienta el crujir de los huesos
y el arte ya no sea morirse de frío
y se apague la fugacidad de las sonrisas
y se revele el truco de su magia
y los labios ya no sepan besar 
bocas que no sean de hielo
y la soledad me abrace fuerte 
secándome las lágrimas
siendo la mejor amiga que jamás tendré
y que esgrimiendo su espada de fuego 
atente contra todo lo que fui alguna vez
y los petas se consuman solos
sin labios hambrientos ni mentes somnolientas
que los quieran sodomizar
y la locura se oculte bajo la verja
de un raciocinio que no existe
y la poesía ya no salve vidas 
ni anuncie muertes
y todos nosotros, olvidados por la vida
no tengamos mayor refugio que estos versos
y las musas se busquen otro empleo
con seguridad social y vacaciones dos veces al año
y el humo ya no juegue en nuestras manos.
Ojala llegue ese día
y ojala ese día llegue pronto
para así darnos cuenta de todo
lo que hemos perdido.
Eternamente tuyo, Philosophia.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Y quién se atreve a decirme
que estoy loco.
Y quién se atreve a decirme
que no estoy loco.

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Si algo duele
está vivo.

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La muerte se cuestiona
la existencia de Dios
mientras cumple las órdenes
de alguien que no existe.



jueves, 6 de diciembre de 2012

La poesía no 
no me la toques
que me corto las venas.
Eternamente tuyo, Philosophia.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Una enfermedad llamada hombre.

Tenías que haber visto al amor
a punto de explotar a los pies de nuestra cama.

En serio, tenías que haberlo visto.
Era algo patético.

Tan triste que sólo podía resultar enternecedor.

Quizás el amor no sepa de celos ni de distancia
pero, joder, ahora echo tanto de menos verte
que lo pago con él.

Le pido que se aprenda tu nombre 
y que me lo repita hasta quedarme dormido.

Que pregunte al mañana dónde están 
tus besos y tus caricias.
Que lo haga, si tiene huevos.

Ya se me ha olvidado contra quién luchábamos
ese día que llovía tanto y esta ciudad era una fiesta.

Nos gustaba tanto bailar canciones insoportables
que nos quedamos encerrados en sus estribillos.

Te vi llorar, parapetada de vacío.

Rogué estar ciego.

Los ojos casi siempre me mienten.

Juego a pintar poesía en el rojo de tus labios
pero tú ya no sonríes y yo me enfado
y se cruza un desierto de silencios entre nosotros
y las dudas se descojonan de mi.

Con el tiempo he aprendido a curarme las heridas.
Con saliva. Y sudor.

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Acostúmbrate al olvido.
Es lo único que sirven en los bares
cuando están medio vacíos
a las siete de la mañana.

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Reía al ver sangrar a tu corazón
con mil llagas recorriendo su ser
adormeciendo recuerdos de ceniza
que emborronan la página en blanco
de mi vida.

Sabía que también era el mío
pero disfruto tanto riéndome de mi propia miseria
que ya me suda los huevos
lo que puedan decir.

Quizás algún día 
me platee dejar la cerveza
la marihuana y la poesía
pero no estoy dispuesto a quedarme desnudo
en este invierno tan frío.

A ti eso no te hacía tanta gracia.
Y lo entiendo.

Con el paso de los daños
me he convertido en un hijo de puta
que compra lo que no necesita
y añora lo que no le pertenece.
En un extranjero de lo absurdo
que escupe maldiciones sin nombre.

Pese a todo aún me pregunto
a qué sabrán ahora tus besos
encima de quién estarás cabalgando
de qué color te pintas los labios
qué rojo domina sus tierras
qué cabrón las llena de esperma
cuántos recuerdos te quedan de mi
y cuántos otros quemaste en la hoguera 
de los platos rotos.

Me he roto la cara a bofetadas
pensando en toda esa mierda
que me devora por dentro
pero revivo en cada poema.

La maldición del poeta
que se destroza por los bares,
ya sabes.

Voy a destrozarlo todo.

No pienso dejar nada en pie.

Y todo para decirte que te quiero,
joder.

Por si te interesa saberlo.

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No huyas si tienes un destino fijo
en el que camuflarte de los golpes.
No huyas si eres propensa a arrepentirte
de los actos que no existen.
No huyas si tus piernas flaquean
en cada nuevo paso.
No huyas.

Eternamente tuyo, Philosophia.



viernes, 23 de noviembre de 2012

Vamos.

¿Te has fijado cómo el mago
ha improvisado su truco final
con sudor inundando su ser
y con miedo en la mirada?

Yo sí que lo he visto.
Me gusta fijarme en esas cosas,
ya sabes:
la vulnerabilidad después de la corrida,
la superioridad de dejarlo entre tus labios,
el tráfico de felicidad de poesía de hachís,
los monstruos que aparecen cuando no se mira
debajo de las deudas al firmar los contratos,
el enmascaramiento precoz de las mentes débiles,
el verso y la prosa resbalando por tu mejilla.

La calle es la desorganización de la mentira
lanzada desde carros de fuego por los que mandan.
No tienen ni puta idea de que preparamos 
un ejército de palabras capaz de cualquier destrucción.
Ya no sentimos los golpes porque comprendimos
a qué sabían. 
Y era un sabor amargo de caretas bajadas.

La magia nunca muere aunque intentéis convercernos de ello.

Tenemos la esperanza a prueba de dogmas.

No pensamos volver a poner la otra mejilla, 
hijos de puta.
Eternamente tuyo, Philosophia.


domingo, 11 de noviembre de 2012

Aquella tarde.

Los gemidos, los rugidos, los despertares,
los bostezos, los cuchicheos, las caricias,
las besos, los abrazos, las ventiscas.

Eso, todo eso que ya no tengo
pero que un día 
tuve entre mis brazos.

Todo eso, quiero decir,
se presentó de frente y de golpe 
cuando vi tu llamada.

Querías quedar para tomar un café
-sabes que lo odio
y para ponernos al día
-sabes que lo adoro.

Dime qué ha sido de ti 
todo este tiempo.
Si has sido feliz y con quién.
Aunque me duela, dímelo.

La noche es una y solitaria,
vamos a emborracharla de sudor.

Estás más delgada.
Pero aún así sigues teniendo esa figura
de actriz francesa de los años 70
que tanto me cautivó una vez.

Yo, por el contrario, ya ves:
la cabeza desquiciada de problemas
y poesía,
la voz hecha añicos por el tabaco
y las deudas,
el porte desgastado por los años
y la cara llena de cicatrices 
que me dicen quién soy.

Nos fuimos al piso
porque sentías añoranza.
O eso decías.

Te invité a una cerveza
y puse algo de música
para hacer más llevadera
esta condena de tenerte cerca
y tan lejos.

Me preguntaste si seguía escribiendo.

-Claro que si, joder,
es lo único que me lima las asperezas.

Te dejé los últimos poemas
que había escrito.

Bienvenida a mi mundo,
hay poesía en cada esquina
pero cuidado con los reproches
y su autodestrucción.

Rompiste a llorar.

Esa no era mi intención, lo juro.

Te abracé porque tenía que hacer algo
y la música bailó alrededor nuestro,
como dejando caer sobre nosotros
una tela de años y recuerdos
que nos atrapó.

Te imaginé desnuda. Bailando.

El humo del peta era tu único traje.
El único con el quería verte ese día.

-Está lloviendo mucho,
quédate a dormir esta noche.
Te dije.
-Te cedo mi cama, 
yo dormiré en el sofá.

Aceptaste como quien acepta un reto.

Pasé la noche entera
mordiéndome las ganas de saltar
encima tuyo.

Pero te oía llorar y me entró el pánico.

Suerte que la ventana estaba cerrada.

A la mañana siguiente te preparé el desayuno
con lo poco que me quedaba en la nevera.
Tan vacía como yo.

Tenías que ir a trabajar y te fuiste rápido.

Nos despedimos como dos extraños.

Pero ese día te sentí tan mía
que hoy todavía
sigo escribiendo.

Esta vez para hacerte reír, querida.
Eternamente tuyo, Philosophia.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Elijo al hombre.

He nacido ayer
me he concebido hoy
y he muerto mañana.

Poseo lo que soy,
respondo de mi existencia.

Me he elegido
y os he elegido
con conciencia plena
de todos mis actos.

Elijo al hombre
pero el hombre
no me elige a mí.

¿Quién es el ángel?
¿Y quién Abraham?

No soy el telón
soy la acción misma.
Soy hipótesis inútil
rodeada de angustia.

Nada cambiará 
si yo no existo.

Sois libertad.
¡Bendita condena!

Buscáis en mí 
un clavo al que agarraros
cuando está en vosotros.

No soy.

No existo.
Eternamente tuyo, Philosophia.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Tendrá que ser así, no sé.

Supongo que será nostalgia
eso que me hace nudos en la garganta
tan grandes
como puños cerrados.

Tendrá que ser así, no sé.

El caso es que recuerdo
cómo ella nos sacaba las manos 
del fuego
cuando queríamos coger las castañas
aún a sabiendas que se quemaría.

Mejor ella que nosotros, pensaba.

Se levantaba tan temprano
que ni Dios tenía tiempo para escuchar
sus súplicas.
Por eso nunca la hizo caso.
Pero trabaja y trabaja
y todo por nosotros y para nosotros.

La pido perdón todos los días
de mi miserable vida
por no darme cuenta nunca
de que estaba sufriendo.

Supongo que sería por esa maldita obsesión suya
de mostrarse fuerte ante nosotros. Y llorar a escondidas.

No me dejaba levantarme de la mesa
hasta que no viese el plato vacío.
Y hoy el plato está tan vacío
de sueños y esperanzas
que me da vergüenza que se entere
por si coge sus sueños y esperanzas
y me da de comer con ellos.

Tendrá que ser así, no sé.

Nos echaba la bronca a mi hermano y a mi
si nos veía jugar en la calle
a cinco grados bajo cero.
Pero ella disfrutaba tanto al vernos así,
creciendo,
que se hacía daño a sí misma.

Por eso no tengo cojones
de decirla 
que aún hoy sigo jugando con los años
(y con los daños)
y que el frío de aquel día
se ha convertido en un fuego tan poderoso
que me hiela la sangre.

En fin
que donde quiera que te estés pudriendo
quiero que sepas
que ya no tengo
quemaduras en las manos.
Eternamente tuyo, Philosophia.

domingo, 28 de octubre de 2012

Descendí de las montañas
ante la insistencia del anciano
para danzar sobre la Tierra
y empequeñecer el mundo.
Hoy aún se burlan de mis palabras
pero lo que ellos no saben
es que Dios ha muerto.
Eternamente tuyo, Philosophia.

sábado, 27 de octubre de 2012

Señor muerte.

Ya sé que el recuerdo no es bonito
que el agua duerme sola y amanece helada
que Wall Street lo compró Al Qaeda
que la muerte todo lo iguala.

Ya lo sé. 

Lo sé todo.

¿Pero dónde cojones te llevaste 
a ese muchacho de los ojos azules,
señor muerte?

Se busca asilo para desequilibrado mental
que añora futuros lejanos
y esnifa pasados incomprendidos.

La vida me ha dado muchos palos, señor muerte
pero a todos ellos he respondido
poniendo la otra mejilla.

En mi alma-cén los mozos 
se han cogido el día libre
y me temo que es para no volver.

Y este es mi corredor de la suerte,
autopista a ninguna parte 
que siempre, 
siempre,
me conduce a ti.
Eternamente tuyo, Philosophia.

domingo, 21 de octubre de 2012


A veces la libertad olía
a ansiedad y a ojos cerrados
pero seguías follándotela
a pesar de cada viernes
a pesar de cada puñetazo en la mesa
aún con el miedo agonizando
inquietudes en la puerta de tu casa.
El pasado no estuvo tan mal
si lo miras desde el otro lado de los barrotes;
la sangre de los muertos casi no salpicaba
-sólo casi
y no había más princesas que dragones.
Caballito blanco...
Las naciones nos restregaron sus banderas
por la puta cara
pero supimos hacerle un corte de mangas
al destino
y salimos de entre las ruinas
apestando a escombros y ceniza
como un cigarro a medio apagar
que consiguió salvar alguna vida.
Nos miramos los bolsillos
porque teníamos que hacer algo
pero sólo teníamos gigantes
jugando entre nuestras manos.
El superviviente al holocausto de mentiras
es el único que se queda con dos ases
cuando repartimos las cartas
y tú siempre juegas como el puto comodín.
¿Te acuerdas del día
que tú lloraste y yo reía?
Seguro que sí.
Pues te juro que vi pajas en miradas ajenas
y llegué remando hasta el mañana.
He conseguido ponerlo contra la pared
asi que si algún día te animas
podemos obligar su redención
a nuestro favor.
Y es que al fin y al cabo
el futuro es eso:
escupir verdades a medias
hasta que uno de los dos se rinda.
Eternamente tuyo, Philosophia.

viernes, 19 de octubre de 2012

Mundos paralelos.

En mi mundo todo 
sería un disparate
incluso yo mismo. 

Todo sería nada 
y como nada es nada
lo que es no es.

Las noches serían 
más largas que los días
y siempre más divertidas.

La poesía sería
la lengua oficial
de todos los poético-hablantes.

Lo que era finito
se convertiría en infinito 
y lo infinito en infinitísimo.

La libertad sería obligatoria
y como se obliga
ya no es libertad.

La verdad estaría para tomarla
y no para darla la espalda
ante la bífida mentira.

Soñar sería gratis
y se daría incentivo
a los soñadores.

En fin,
que si tuviese la opción
de inventar un mundo nuevo
no se parecería nada a este.
Eternamente tuyo, Philosophia.

viernes, 12 de octubre de 2012

Todos vamos a morir al mismo río.

Todos vamos a morir al mismo río.
Al mismo río de aguas estancadas.

Que llegue a buen puerto 
o no
es cosa mía
porque sin una promesa
ninguna meta,
ninguna meta se alcanzaría.

Y si las promesas ya no valen nada
que nada valgan,
que me corto las venas
y las empapo de poesía.
Eternamente tuyo, Philosophia.

domingo, 7 de octubre de 2012

¿Me engaño porque soy mentira?
¿O lo hago porque
SOY VERDAD?
No tengo ni puta idea.
Eternamente tuyo, Philosophia.

lunes, 1 de octubre de 2012

"Llenaros de libertad los pulmones".

"Llenaros de libertad los pulmones", nos dijeron
¿te acuerdas que nos lo dijeron?

Y nosotros lo hicimos, claro que lo hicimos,
nos pillamos una borrachera de libertad
que sin embargo tenía un sabor amargo.

Fue el último festín de este reo de la democracia.

Perdimos la guerra.
¿Te acuerdas que la perdimos?

"Debéis esperar", nos dijeron
y nos estallaron todas las promesas en la puta cara.

Fuimos el canario en una mina.

Nos dijeron que creyésemos en la libertad
nos dijeron muchas cosas sin sentido.

Perdimos la guerra, pero ganamos alas.
Eternamente tuyo, Philosophia.

martes, 25 de septiembre de 2012

Derrotas.

Damas y caballeros, os presento 
al hombre de la baraja rota.

Voilá.

Veo cobardía en los ojos ajenos
y me tiemblan el pulso y el alma
si te digo que te quiero
y ni siquiera me estás mirando.

He descubierto algo nuevo en el miedo,
algo que no se va con tu humo
y tampoco me aleja de mi punto de partida,
si alguna vez tuve alguno.

Pese a que en la noche bohemia
las personas son más crueles,
he conseguido convertirme en un animal nocturno,
adicto al corte de las faldas.

Y disfruto, disfruto de lo que hago.

No sé qué pie apoyo en el suelo
al levantarme
desde que comprendí que todas las barajas
esconden la carta de la derrota.

Se busca traje color naranja para fichar por la selección de Guantánamo.
Eternamente tuyo, Philosophia.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Secundo la revuelta.

Son malos tiempos para la pobreza. Lo sabemos, lo son. Manipulados e hipotecados hasta la médula apenas podemos tener sueños porque cada dos o tres sale un anuncio de un BMW que te cagas, un perfume caro de la ostia, o no sé cuánta mierda más que nos entra por los ojos disfrazada de felicidad. No lo es. 
Nos cabreamos y lo saben. Llegará el día que tomemos a la extrema pobreza por bandera y salgamos a la calle con tanta fuerza que ningún dictador vestido de democracia pueda detenernos. Aún así seguimos tragando como bobos las miguitas de pan que nos dejan por el camino. Hacia el matadero. Y como a todo cerco le llega su San Martín os animo a dejar de perseguir las migas y asaltar la panadería.
Matrículas desorbitadas que propagan una enfermedad llamada analfabetismo, becas inalcanzables que apenas permiten soñar, promesas que esconden fanatismo, recortes que acongojan el alma... Muchas gracias señores gobernantes, estamos muy contentos.

Eternamente tuyo, Philosophia.

domingo, 16 de septiembre de 2012

La obra maestra.

Marzo especulando con soles etéreos que borren lágrimas
mientras Abril acecha con diluvios de sinrazones
que limpian la calle de poesía.
La política asiente satisfecha.
La vida llora. Sola. En los rincones.

¡No más lágrimas!

Junio despierta los corazones con la esperanza de un Septiembre para la disculpa. 
Sabemos que nunca llegará, y todavía esperamos.

Así, como quien espera al alba, 
como quien ve pasar todo un año, lírico, en la autopista del infierno,
derrocho versos cargados de satanismo y anticlericalismo.
Me perseguirán. Como siempre, me perseguirán.

Y es que soy un vampiro hecho ceniza, un libro sin abrir, el manual de instrucciones para con la vida y la muerte, la salida de emergencia de la filosofía, la caja de Pandora, Cerbero, San Pedro, el teléfono rojo. Una obra maestra. Una carga de dinamita.

Me excita la poesía. Siempre lo hizo.
Y la pobreza. La extrema pobreza que todo lo abarca.

El humo me atormenta, grita a la memoria que no existe
y la pide que se agote. La obliga.
Si... la obliga a buscarse un nuevo cuerpo que no esté tan destrozado.

Hay pesadillas que me dicen quien soy y aún así no tengo ni puta idea.
Arrastran carros cargados de ojos cerrados que me miran.
Y yo tiemblo porque mueven los resortes de todas mis arterias,
dibujan agujas en mis brazos y me estampan contra el techo,
ese jodido techo que hoy, precisamente hoy,
se ha maquillado de estrellas. Como tú aquel día.

Los niños de la última fila del aula me envuelven en un sudario,
sonrientes. Descubro la luz en la oscuridad. Nirvana.

Sé que soy verdad. Y a veces me engaño.
Busco mis manos para protegerme de sus golpes pero son de humo.
Me fumo el tiempo. Y la soledad.
La locura se mueve a sus anchas por mi piso. Puto okupa.

Salir a la calle se ha convertido en un saltar al vacío 
sin red y sin esperanzas
en el que se quiebran todos mis sueños contra el suelo.
Ya no sé si es porque llegó Diciembre
o por mi autodestructiva tendencia a crear basura
pero me ahogo en mi propio vómito cuando la ciudad escupe
facturas a pagar y ciertas visiones del paraíso. Apestan.

Me duele la ausencia. Me duele y me pesas. Tú.
¿Te acuerdas cuando el amor estaba de puta madre?
Ahora es como un hombre arrodillado que llora
y suplica un pico más para no desfallecer.
Es patético.
Deberías verlo.
Deberías verme.

Le odio, al hombre. Le odio y me odio y te odio.
No hay nada más vil que el odio. 
Quizás las mentiras.
Los poetas mentimos, cariño. 
Somos viles, rencorosos, odiosos y detestables. 
Pero a veces también tenemos miedo.
A la nada y a su todo, al cristianismo y su juego de guillotinas, 
a los ojos llorosos, a las manos temblorosas, a los puños cerrados,a las intentos, a los fallos. 
A las palabras. 
A la poesía.
Miedo. Tenemos miedo. Bien lo sabes.

Voy a pudrirme.
A cubrir mi cadáver con este quizás último poema.
Cuando vayas a tragarte lo que quede de mí tras el huracán
no mastiques mucho, 
siempre me dio vértigo esa trituradora de recuerdos que es el tiempo.
Ya sabes. Tú lo has vivido.

Iberia está sumergida, y me importa una puta mierda.
Y al tercer día, resucito.
Eternamente tuyo, Philosophia.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Charcos de mierda.

Me preguntas cómo es posible que siga siendo feliz,
cómo entre tanta mierda yo saco mi barca a navegar
y todavía no consigo hundirme.

La respuesta la sé de memoria
y aún así no tengo ni puta idea.

Imagino que sea esta maldita obsesión por escribir lo que vivo
y vivir lo que escribo
para paliar los daños de un domingo para la resaca.
Hoy apenas he bebido, y no me siento vivo.

Los poetas no siempre mentimos, cariño.

Cadáveres exquisitos inundan las hojas de mi cuaderno
y poco a poco consigo que no laceren tanto mi cabeza,
porque a parte del alcohol y algún babeo ocasional
necesito dormir para sentirme vivo.

A veces me enamoro de cosas increíbles. Tú.

Será quizás que la compleja simplicidad que esconde tu desnudo
ha terminado por sumirme en la locura.
Pero por favor, no dejes de hacerlo nunca.

Nací con treinta años, hijo de un padre borracho
y por madre una flor que por tantos capullos alrededor
no supo ni pudo florecer. Y se apaga. ¿No lo ves? Se apaga.

Tengo deudas con todos mis amigos, y sé que no se lo podré pagar,
apenas me dejan entrar en dos o tres garitos
porque tengo tendencia suicida a vomitar al tercer tequila,
esquizofrenia crónica al mezclar hachís y poesía
y síndrome de Stendhal al observarte por la mirilla.

¿Todavía quieres saber por qué no me hundo en la mierda?
Porque convivir con ella, te hace más fuerte.
Eternamente tuyo, Philosophia.

lunes, 3 de septiembre de 2012

De nada.

Libertad
¿te acuerdas?
estaba de puta madre.

Y de repente toda esa mierda

horarios,reglas, normas
restricciones, compromisos,
acuerdos, preacuerdos,
facturas, deudas, contratos...

y de repente toda esa mierda.

¿Te acuerdas?

Libres de qué, libres de nada
libres para qué, libres para nada.
Eternamente tuyo, Philosophia.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Aprenderás.

Aprenderás, quizás con el tiempo
que los besos son estrellas caídas del cielo
que un amanecer es un sueño vestido de fiesta
y que los atardeceres no son el final del camino
sino el principio de uno nuevo.

Aprenderás a ver la luz al final de las miradas
porque las miradas son faros que iluminan tu barco.
Aunque nunca haya puertos en los que clavar tu bandera
los corazones se quedan con la mitad de lo perdido.

Aprenderás que el vacío solo es un precipicio
que aún cargado de deudas y de dudas
no sabe mantenerse erguido.

Aprenderás, quizás con el tiempo
que mirar al frente no te priva del pasado
porque la infancia es un retornar 
al que es necesario alimentar de cariño.

Aprenderás que una puerta cerrada solo espera ser abierta
que el negro de la muerte empaña aunque no destiña
que no siempre crecen los enanos entre la maleza
y que las oportunidades no se quedan en el olvido.

Aprenderás que el sol no quema tanto como el frío
que caer un domingo por la tarde en la rutina
no tiene tanto de final como de inicio.

Aprenderás, quizás con el tiempo
que el equilibrio es imposible pero no incierto
que la ausencia de paz es el vértigo
con sus piruetas, sus mortales y sus escondrijos.

Aprenderás a no rendirte en tu destino
porque el destino es un perro guardián 
que no camina si no es contigo.

Aprenderás que el tiempo siempre cura las heridas
y que las costras no tienen por qué acompañarte siempre.
Que quitarse el polvo de encima y volver a volar
no es tan difícil cuando ya lo has aprendido.

Aprenderás,
quizás,
con el tiempo.

Y aunque jamás aprendas a esquivar las piedras
siempre me tendrás a mi para apartarlas a patadas
porque puedo mover planetas, puedo destruir estrellas.
Yo lo aprendí hace ya demasiado tiempo
y nunca me canso, todavía, de recordarlo.
Eternamente tuyo, Philosophia.

lunes, 27 de agosto de 2012

Pum.

El amor ni se hace si se deshace
sólo se disfruta.
Creo que me entenderás.
Quiero decir que hay que saber degustar
el roce de dos cuerpos hechos uno
la frenética mirada de una corrida anticipada
el canibalismo de devorarse por dentro
las ganas de que no llegue el día siguiente.
Eso, todo eso.

Y ya sabes, 
quizás te acuerdes de cuando ser feliz molaba
y cuando nos comíamos el alma a bocados
y la vida nos destrozaba a disgustos
pero siempre estábamos juntos
con ese paraguas que nos salvó de tantos temporales
aunque no supiéramos ni quisiéramos ver el más gordo de todos.
Ese que desmanteló nuestra cama y lo que sigue,
por el que continuamos enfrentados contra nosotros mismos
en esta puta guerra sin cuartel ni trinchera.
Joder, que todavía te echo de menos.

Llevo varios días practicando cómo pegarme un tiro en la cabeza.
Sin que salpique, quiero decir.
Ya tengo el arma cargada
y casi no lloro cuando la quito el seguro.
Imagínate cómo quedaré todo esto cuando dispare.
Lo voy a llenar todo de sangre.
Y de poesía.

Ninguno de mis poemas valen una mierda, pero te los quedo como herencia.

Cuando oigas un "pum", por favor, no mires atrás.
No mires como me engaño a mi mismo y a mis circunstancias
que ya casi no son mías aunque ni piense en ello.

Y nada, que mientras limpio un poco el gatillo
y recojo el paracaídas de los reproches hacia mi persona
para no arrepentirme cuando salte por fin al vacío,
intentaré controlar mi esquizofrenia crónica.
Aunque esté dispuesto a llevarla al extremo.
Y que siempre te he querido, cariño.
Eternamente tuyo, Philosophia.

jueves, 23 de agosto de 2012

Game over.

Las manos manchadas de heridas ajenas
los lapiceros desgastados por el insomnio
los arrepentimientos y sus piernas dobladas
los inicios improvisados y sus
"esta vez saldrá bien, lo juro"
la desconfianza natural de las oportunidades
y su inexorable camino plagado de trampas.
Dudo de mí y de mi supervivencia 
y por eso dibujo SOS con el humo del peta
esperando que algún naufrago de ilusiones
me vea y me haga un sitio en su soledad.

No ocupo mucho espacio, apenas hago ruido.

La noche bohemia y su llegar a casa a las 6 de la mañana 
preguntándote si llegaste tarde o demasiado pronto.

Qué más da cuándo llegue, si no es contigo.

Beber por rutina más que por necesidad
y cargar de alabastro todas tus pesadillas
pensando que así quizás duermas mejor.

Alimento con mentiras las excusas que un día te dije
para hacerlas explotar contra el suelo de mi piso.

Espero el día en el que por fin resucite
y como en un juego me devuelvan las otras seis vidas
pero en este comecocos tú eres el monstruo final
y ya sabes que siempre se me dio fatal cabalgar en tu espalda
driblar tus pechos y marcarte un gol.
Por eso en la pantalla del ordenador 
aparecen otra vez esas dos putas letras:
Game over.
Eternamente tuyo, Philosophia.  

sábado, 18 de agosto de 2012

Telas de araña.

Te apoyaste en la encimera de la cocina
anhelando polvos mejores
con el piti en una mano y el café en la otra.

Estás preciosa cuando acabas de levantarte,
creo que alguna vez te lo llegué a decir.

Me hablaste de la resaca de la noche anterior
como si de un animal domesticado
que hay que alimentar todas las noches se tratara.
Y la verdad es que así era.

Pero la resaca es un bicho que requiere de muchos cuidados
y cada dos o tres días te planta una vomitona en el salón.
Tenlo en cuenta cuando el camarero nos invite al tercer tequila,
y todas nuestras esperanzas de una noche tranquila
estallen contra el suelo.

También me hablaste de poesía y sin quererlo 
de la comisura de tus labios se escaparon dos versos
que ahora que ya no estamos juntos
tengo la obligación de robarte:

"Ni se te ocurra decir jamás
que tu vida es una mierda, ¿entendido?"

En ese momento ninguno de los dos sabíamos 
a qué cojones podías referirte
pero ahora al menos yo, lo sé.

Y es que aunque te prometí que me reformaría
no soy capaz de correr 20 minutos seguidos
sin que me duela la puta rodilla,
las coliflores que dejaste en la nevera
justo antes de marcharte
hace tiempo que se pusieron malas
-y ni siquiera las he tirado
fumo mucho, bebo demasiado
apenas como 
y duermo mal, cuando duermo.

Ya sabes que siempre fui un animal salvaje, cariño.

Apuraste las dos últimas caladas del piti, la taza de café y eructaste.
No hay nada más bello que el eructo de una princesa.
Quizás sus orgasmos, pero eso es mejor dejarlo para otro poema.

Recuerdo que siempre que nos levantábamos los dos a la vez
-sería de las pocas cosas que llegamos a hacer juntos
me pedías que te contara lo que había soñado anoche.
Y ese día me lo volviste a preguntar.

"Cuéntame qué has soñado anoche, por si me sirve para un poema."

Te conté el sueño aquel en el que estaba solo en la ciudad
y de repente los edificios se convertían en los dedos de un mago
que trataba de meterme en su chistera. 
Allí solo había telas de araña.
Cuando por fin logré salir de la chistera del mago
aparecí en un cementerio en el que me vi cavando mi propia tumba.
"¿Por qué haces eso?" Me pregunté. 
"Porque tú me obligaste" Contesté.
Me empujé a la tumba y cuando caí allí no había arena, 
sino mala hierba que no me quedó más remedio que fumar.
Del humo del peta comenzó a salir una especie de barco pirata
que me tomó como rehén. 
En el mástil del barco había colgadas cientos de calaveras que se me imaginaron conocidas, y a veces no.
Después me tiraron por la proa, pero no caí al agua
sino que aparecí en una mesa donde otros doce me acompañaban.
Tomé el pan y el vino, y me fui corriendo.

Cuando topé contra una pared, desperté.

Estaba sudando pero tú me cogiste de la mano.

Ya estaba a salvo.

Te miré a los ojos y tú me miraste a mi
¿recuerdas la expresión de mis ojos? 

Puede que sí la recuerdes.

Pues ahora mismo tengo esa misma mirada. Si.
Porque tengo miedo, 
tengo miedo de los príncipes azules
de los viejos verdes
de los falsos rojos
de la rendición blanca
del negro de la muerte
del ámbar de los semáforos
y de su despotismo ilustrado.

Que tengo miedo, joder,
porque han pasado ya más de dos vidas
y tengo más de cien sueños esperando a ser contados.
Asi que cuando no tengas nada mejor que hacer
sueña conmigo
porque yo seguramente esté soñando contigo
y así, nos contamos qué ha sido de nuestra vida
desde que te piraste.
Por si nos sirve para un poema.
Eternamente tuyo, Philosophia.