El insomnio vuelve a por mi
como un cazador incansable
que busca una presa derrotada.
Y yo estoy solo en casa,
descorchando la última botella de champán
antes de que se ponga mala.
O me ponga yo.
Entro a hurtadillas
en la lámpara de algún genio
que llegue a casa más tarde de las 6
y a poder ser borracho
(casi todos)
y pido un deseo
y se me hace eterno
y me declaro ateo
de mis propios personajes.
He sido desterrado
al mundo de los poetas de mierda
que fuman tabaco de liar
y beben cerveza en lata.
No está nada mal
porque hay musas de todas las razas
pero los garitos
cierran a las 3.
Veo barrotes pero no se
si estoy dentro o fuera
y me enfado
pero me aguanto
porque no hay nadie a quien gritar.
Y me bebo otra cerveza.
Y ahora
ya no tengo más ganas
de nadar en este mar de asfalto.
Y ahora
ya no quedan lugares que profanar
con mi desarmado caminar de artista errante.
Y ahora
ya no quedan reyes que destronar.
Y ahora
no hay princesas que desvirgar con un buen poema.
Y ahora
que apenas ya me haces caso
te confieso,
que he bebido.
Eternamente tuyo, Philosophia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario