domingo, 22 de enero de 2012

Eterno cabrón.

Me contaron que la gente
suele escribir sobre su vida,
pero como mi vida
es una puta mierda
prefiero contar 
la de mi alter ego,
ese con barbas y poco pelo,
y así resultar atractivo
(poéticamente,
abandoné la seducción en preescolar).




Con unas ganas tremendas
de comerse el mundo
de un solo bocado
sin saber
que el mundo no se come 
más que a mordisquitos
en la nuca.


En tu nuca.


Profesor licenciado
en una barra de bar
y un corro de cervezas
que le hablan de lo que fue
y todavía no le dicen qué será.


Todavía.


Olvidó el amor
o las ganas de follar
o la masturbación introvertida
(cómo sino)
después de una resaca
y pidió explicaciones
a un Dios dormido
que ya no sirve porque no mama.


Valiente cabrón.
Eternamente tuyo, Philosophia.







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