viernes, 20 de enero de 2012

Ya no tengo huellas.

Perdona que no 
te diga las cosas
con un poco más
de tacto,
pero la sensibilidad
de mis dedos
se ha perdido.


Y me temo que es
para no volver.


Por favor te pido,
vuelve a ponerte
ese vestido negro
que llevabas puesto
en mi cabeza,
cuando te lo estaba quitando.


Si.


He vuelto a masturbarme
pensando en ti.


Sé que prometí
no volverlo a hacer,
pero he bebido 
demasiada cerveza
(por eso de 
ser buen escritor).


Se me ha nublado la vista,
y en ese infierno
de borrones y sombras
se me ha aparecido,
majestuoso,
tu coño,
otra vez más.


Pensarás que soy un mierda.
Y eso mismo pienso yo...
Eternamente tuyo, Philosophia.







No hay comentarios:

Publicar un comentario