viernes, 13 de enero de 2012

Y sigo siendo el rey...

6:30


El ensordecedor ring ring
de un despertador maleducado
nos llama a la pesadilla.
Empieza una cuenta atrás
que ya se ha prolongado
demasiado en el tiempo
contra un Cronos
que parte con ventaja.


Café insípido.


En la calle el huracán 
cargado de malos augurios 
que debió amainar ayer
aún sigue haciendo de las suyas,
escupiendo a la vida
que se asoma por los portales.


Cemento. Ladrillo.


El parque donde jugábamos
de pequeños a ser poderosos
ha evolucionado 
en un gigante alado
que llamamos rascacielos
y nos empeñamos en besar el culo.


Autobús retrasado.


Los barrenderos ya recogen
los escombros del ayer
y limpian las mentiras del pasado
para dejar paso 
a las promesas incumplidas del mañana, 
entre maldiciones y algún silbido.


Subes al autobús
que te ha de conducir
a tu destino de metal
y tienes al rival
pisándote los talones.


Rutina. Asquerosa rutina.
Llegas tarde y lo sabes.
También lo sabe tu jefe
que te mira y frunce el ceño.
Es el diablo del siglo veintiuno
armado con ira y contratos temporales.


Prometimos ser los dueños 
de nuestras propias vidas
y nos emborrachamos
para olvidarlo
entonando ese famoso:
"y sigo siendo el rey..."


Bienvenido a otro día más
en el paraíso de un estado de bienestar.
Eternamente tuyo, Philosophia.



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