Hoy es la noche de reyes
y a esos malnacidos
sólo les pido
que no se acerquen por mi casa.
Tengo un perro rabioso
con cara de pocos amigos
que se refleja en mi espejo
y está dispuesto a todo.
No quiero suerte,
ni tampoco quiero cambiarla,
me conformo
con que no me cambie a mi.
Como el mundo,
ese lugar que me empeñé
en hacer un poco mejor
y ahora me contento
con saber que no me cambió.
No quiero fortuna alguna,
me vale con saber
que nunca perdí en las apuestas
y que me fue regular
en el ciego amor.
Cometeré todos los errores
que pueda
y tragaré todo el gafe
que mis pulmones,
ya cansados
soporten,
para evitar que tú caigas.
No quiero salud
pues se de sobra
que no moriré de viejo,
desde que decidí
beber demasiado
fumar ilegalmente
y vivir deprisa
para dejar,
como Morrison,
un cadáver joven.
No quiero amor
que me borre tu recuerdo
que es lo único
que aún me ata al mundo.
Quiero una cerveza más
alguien con quien poder brindar
y una buena razón para hacerlo.
Eternamente tuyo, Philosophia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario